En el Palacio de la Moncloa que es donde viven los presidentes de Gobiernos de España existe “La bodeguilla” Felipe González la construyo y Aznar la transformó en cava donde conservar sus apreciado Ribera de Duero, Zapatero apenas la usó. Es un lugar idílico que todo español deseaba cenar en compañía del presidente.
Algo parecido es la que Carlos Suarez ha montado en su restaurante Michelangelo, un reservado para un máximo de 10 a 12 personas, se trata de la bodega donde celosamente guardaba sus botellas de vino y ahora es un espacio para almorzar y cenar con todo el clímax bodeguero, 18 grados, y los mejores mostos al alcance para descorcharlos al gusto del consumidor.
Este es el sitio ideal en Santa Cruz para tener encuentros como los de Moncloa, con artistas poetas políticos empresarios y deportistas de alto nivel. Donde la tertulia y los comentarios queden entre las cuatro paredes, donde a media luz se tenga el ambiente ideal para conversaciones sinceras, para encandilar a nuestros invitados.
La bodeguilla que esta es como una gran buhardilla en el nivel superior, tiene una pared acristalada desde la cual se domina el comedor principal. Se entra desde el patio y sentarse entre cajas botellas copas y ladrillos embastados en las antiguas paredes de caña y güembé es ya un lujo. Si además estas rodeado de los cristales ámbar o verde “Ray Ban” que guardan mostos Italianos, Franceses, Españoles, Chilenos, Argentinos y como no los mejores de nuestra tierra es un placer que pocas personas pueden disfrutar.
Una Vez inaugurada creo que tendrá lista de espera para poder disfrutar de este reservado único en los restaurantes de Santa Cruz y primero en su género.
CATABUENVINO, tuvo la deferencia de ser uno de los primeros de conocer este mágico lugar de la gastronomía cruceña y damos fe de lo que vimos y hoy relatamos.
Forrado de ladrillo tosco y antiguo con sus estanterías típicas bodegueras en forma de cruz de San Andrés, duermen las mejores marcas de vino del continente esperando ser descorchadas y maridar de la mano de los increíbles platos de este restaurante insignia de Santa Cruz, temperatura de Bodega, humedad correcta, vigas de madera, una iluminación seductiva es el lugar ideal para aquellos que quieran disfrutar de una manera única de un buen momento como decimos en la cabecera de nuestra revista: "Los vinos son un invento. No existen vinos: existen botellas. Y de hecho no existen botellas, sino que existen momentos." , y un momento en la Bodeguilla de Michelangelo es rozar la eternidad.
En este rincón ya reposa el nuevo cupage del vino de autor de Carlos que otro día hablaremos extensamente de él, pues merece un punto y aparte pues se viene con matices de gran tenor. El nuevo CARLOS MICHEL del vintage de 2011 descansa en la Bodeguilla, dormita esperando el descorche para rezumar con sus aromas este nuevo ambiente mágico que se ha abierto en Santa Cruz.
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