Desde hace cuatro años recalo de tres a cuatro veces en Buenos Aires, un día en mi andar y andar por retrasos de los aviones, recalé en la terminal 4 donde tiene la mayoría de Vuelos Internacionales Aerolineas Argentinas y que se puede acceder desde la terminal internacional nueva una vez pasas pasaportes y donde termina el DutyFreeShop yendo a la izquierda y caminado unos cinco minutos por un largo pasillo de tamiz metálico.
Allí encontré el típico restaurante de aeropuerto similar a sus primos hermanos de todos los aeropuertos del mundo, pedí un biffe de chorizo y desde aquel día sueño en volver a BBAA para despedirme de la ciudad porteña con este biffe entre pecho y espalda.
Encontrar dentro de la gama de los “airfastfood restaurant” uno como el de Ezeiza terminal 4 es realmente difícil, uno ya tiene las suelas gastadas de patear aeropuertos, Miami, Barcelona, Bogota, México DF, Londres, París, Fiumichino …etc y nunca he encontrado en esta clase un restaurante cómo el de Ezeiza Internacional terminal 4.
En lo decorativo normal, sin pretensiones y funcional, en lo “air fast gatronomico”. Por un lado Don Juan, propietario del mismo, ha montado un ejército de meser@s increíble que con disciplina militar llegan al trabajo sabiendo cuál es su función y ejecutándola a la perfección, lo que se llama profesionalidad. Paula y María, primas ellas son un ejemplo, la gordita es un encanto sonríe y sabe servir y hacer agradable estos momentos de espera que quizá en cocina pueden suceder por la acumulación de trabajo.
La cocina sensacional, las ensaladas bien surtidas con buen productos y en platos grandes para poder sazonar a tu gusto los vegetales, no escatiman en el aceite de oliva y el vinagre por comensal botella de litro del líquido de oro per capita.
El primer día ya hace años me lleve un chasco al tener que tomar mi biffe con cubiertos de plástico, pero la seguridad es la seguridad y las normas aeroportuarias no se andan con chiquitas con los terroristas, y vale la pena soportar el plástico pues el biffe tiene tal textura que parece mantequilla y la suavidad de la serrilla del cuchillo de plástico es suficiente para llevártelo a la boca. Este biffe es una gloria, ya sé que no está hecho a la parrilla de carbón de “Alsina” o madera noble de árbol destinado al churrasco, sino que la parrilla anda a gas. Pero le dan no sé qué toque que no tiene nada que envidar a la Lilas.
En definitiva yo ya tengo el truco procuro llegar al aeropuerto antes de cenar o almorzar hago con tiempo mi “chek in” y me pego la caminata hasta la terminal 4, le pido a Paula o a María una ensalada y un Biffe y con calma y paladeando hasta el último rescoldo de sabor argentino para que sea mi último recuerdo de Buenos Aires. No hay nada mejor que regresar a tu tierra con el verdadero sabor de la carne argentina y además junto a profesionales de la restauración en la cocina y en la mesa, y si a ello le unes un buen vino, pocker de ases. Se lo recomiendo. Del vino hablaremos otro día hoy me quedo con los Biffes de Don Juan en la T4 Internacional de Ezeiza.
En la foto recorrido que hay que hacer para encontrar el escondido restaurante de la Terminal 4 la estrella indica la situación del restaurante.
En la foto recorrido que hay que hacer para encontrar el escondido restaurante de la Terminal 4 la estrella indica la situación del restaurante.