Si cuando estuve en el Fieramosca en el Trastevere dije que aquella pasta y aquel parmesano en forma de nido después de fundirlo al horno era una de las exquisiteces italianas que mas me sublimizaron, la pasta de Da Renzo no tiene que envidiar a la mas sabrosa de la madre Italia.
Ya saben que por mi formación no soy muy partidario de la gastronomía italiana pero siempre me le doy un guiño.
Siempre me había dado la impresión que con las salsas los italianos quieren enmascarar la pasta, en DA RENZO quedé patidifuso cuando el camarero me preguntó cómo quería la salsa: seca, media o liquida, es la primera vez en mi historia gastronomita donde en un italiano, ni en Roma, me preguntan cómo quiero la salsa.
Esto me hizo reflexionar, si me preguntan como quiero la salsa, es que estos gallos (expresión chilena para decir estas personas) cuidan la pasta. Y Así fue, que pasta shuta !!! Mama mía !!!! Casera, a mano, cuando la pasta es como Dios manda le sobra toda salsa.
Pasta así sólo la había probado en Roma y en la estancia de Svonkov en San Ramón , en Santa Cruz.
Por cierto el babero a cuadros imprescindible, te lo colocas y como niño para comer con las manos, no te preocupes por las manchas.
Da Renzo, todos los días lleno a reventar, donde esta la miel acuden las moscas. Cuando viajamos por España mi abuelo siempre me decía pararemos en el restaurante de carretera donde más camiones estén varados, allí éxito seguro, a Da RENZO o vas con tiempo o ciao a esperar, no hay camiones parados los parados son los que esperan.
En mi caso pedí unos fetuchini con salsa carbonara, que carbonara !!! Mama Mia !!! “Per fare una buona mangiata” como dicen en Bolognia “che sorbolle”. Carbonara que en vez de tocino llevaba, un tocino que parecía jamón de pata negra, puro de bellota.
Y del vino, me hizo gracia por sus botellas de cristal para vino a granel de la viña Santa Emiliana, un recurso barato y clásico, cabernet sauvignon sin mas pretensiones.
Les recomiendo el lugar, el único pero es que no tenían grapa, fue el único detalle que lo tuvimos que solventar con pisco seco. Recomendado cien por cien para quien les guste las “guisofias” italianas.
En DA RENZO de Santiago de Chile estuvo apuntito de pasarme lo que me paso en Roma, vino el mesero y me preguntó que quería y le pedí espagueti carbonara, luego el mesero me pregunto si quería algo de segundo y le dije spaghetti carbonara, y al llegar para preguntarme por el postre me pregunto por el postre y le contesté espagueti carbonara, se fue resoplando y jurando en hebreo diciendo que estaba loco y me comí el tercer espagueti a la carbonara.
Aquí no pudo ser después del almuerzo me esperaba una larga tarde de campaña electoral que es lo que me estoy dedicando en Chile y estos excesos están en contra flecha con un trabajo de este calibre. !! Otra vez será!!!!