Si bien en este apartado sólo hablamos de los restaurantes de Santa Cruz, al estar ahora fuera, comentamos las cosas que hacemos y vemos en restaurantes de otros lugares, donde el viajante cruceño puede tener en ellos referencia para cuando se acerquen por estos lares. Este es el caso del primer "MAL TRAGO" que nos ha sucedido en Santiago de Chile.
Tío Willy me ha defraudado, venia acompañando a cuatro amigos para mostrarles las virtudes de los restaurantes del mercado central de Santiago, y Tío Willy me has defraudado.
Estos amigos pusieron la responsabilidad en mis manos y yo les conté de ti y de tus virtudes, y tío Willy me has defraudado.
Les conté que comenzó como garzón en Donde Augusto (uno de los mejores restaurantes del mercado central junto al Galeón) hace más de 15 años, puso su local el que funciona hasta hoy.
Les conté a mis amigos Mejicanos, Ecuatorianos y Españoles que usted con mucha humildad y trabajo había empezado este emprendimiento y Tío Willy me ha defraudado. Les conté mientras íbamos al Mercado central que pasábamos del Galeón y de Augusto y apostatamos por usted, Tío Williams Carraha, por su valentía y tesón de sublevarse a la oligarquía de Augusto y me ha defraudado. Iba con ánimos de verle de hacerle una amplia entrevista, de hablar de sus virtudes y sintiéndolo mucho Tío Willy me ha defraudado.
Y como a mí personalmente me gusta hablar desde la realidad hablare sólo desde los hechos.
El local flojo decoración “friki” y estrechez entre mesas. No muy limpio, cantantes desagradables.Atención simpática pero no denota franqueza sino simpatía “pret a porte” hostelera.
Llegamos y había poca gente los dos primeros platos entraron, como dicen ustedes, al tiro el tercero tardo más de 35 minutos y esto que era un simple plato de jardín de mariscos.
¿Por qué?, pues como entro un grupito de diez chicos que sólo pidieron una empanadilla, dieron prioridad a este servicio y a otros más y el nuestro lo relegaron más de 35´, lógicamente el vino se calentó, la conversación se enfrió y el ambiente se tensó. Mal Tío Willy, me defraudó.
Había estado ya en el Mercado Central una vez comí muy rico pero caro en Augusto, y quería apostar por usted. Una vez más se demuestra que lo barato sale caro. Bien es verdad que usted no miente y reconoce a los buenos leo que “Williams no tiene problemas en reconocer la importancia de Donde Augusto. "Nadie puede negar que Donde Augusto le dio un tremendo impulso al mercado cuando esto se iba abajo. De ahí partió todo este boom de turistas y gente que venía a visitar el Mercado Central y que se mantiene hasta hoy", comenta”.
Por esta humildad elegí su local pero Tio Willy, Pero me defraudó. Mi querido tío Willy, no se puede priorizar a clientes que llegan más tarde y tienes al que estas sirviendo mas de 35 minutos en espera, no puedes reírte de tus clientes de esta manera y además que venga tu garzón decano y te venga con excusas baratas. No se puede presentar la factura sin poner a los ítems el producto que corresponde.
En cuanto a lo que es estrictamente la comida, como dicen los franceses, “comsi comsa”. Es decir ni chicha ni limonada. Las machas a la parmesana, no eran para aplaudir con las orejas, el marisco Willy una vulgar cazuelita de mariscos varios sin ninguna gracia especial y el jardín de mariscos que tardó 35 minutos, un plato que se sirve y se hace en cinco pues todo esta en la nevera si es marisco del dia y si es congelado, como parecían los camarones que se arrastra del día siguiente y que más que fresco, parece tener el “rictus mortis” es lo que nos sirvieron. Tío Willy me has defraudado.
Lo de la comida por parte de mis amigos podía haber pasado pues ellos no son gourmets y no distinguen un centollo de un cangrejo, pero los 35 minutos de espera entre plato y plato no te los perdono. Creo que ni mis amigos, ni yo ni los amigos de mis amigos van a recomendar nunca más tu local.
Pedimos, por deferencia y educación y justicia, que no nos cobrarán el plato de los 35´, con tal de ganar 15.000 pesos perdiste un montón de amigos. Tío Willy me has defraudado.
Pedí el libro de reclamaciones nunca me lo dieron. La excusas fueron correctas pero falsas y ineficaces. La verdad si la primera vez que fui al mercado central y estuve en Augusto todo me pareció esquisto pero un poco caro, creo que ahora me equivoque buscando este quijote de la gastronomía que con empeño busco su lugar en el mercado pero que no está a la altura de las circunstancias.
Pero gracias a este error que descubrí Tío Willy, con todo cariño te lo digo, gracia a ti he descubierto ¿cómo comer en el mercado central de Chile? La formula es la siguiente acordar con el propietario del local para que te guise lo que tu compras en los puestos del mercado.
Vaya y haga un acuerdo con el propietario del restaurante más chico que vea en el mercado, aquel donde sólo hay cinco mesas y los clientes tienen apariencia de pobres y comen rápido y agachados. Quede con él que vaya ha comprar lo que vea en los puestos del mercado lo lleva al restaurador y queda con él a la hora pactada para comer, el mesonero pondrá vino, pan y el trajín de la cocina y usted aportará el producto del día que el mercado le ofrezca y prepárese a disfrutar sin elegancias, de un buen banquete, fresco, bueno y barato. Y déjese de Augustos, Galeones y de los cuentos del Tío Willy.
EL VINO
Quería hablar también del vino que tomamos pero no quería inmiscuirlo en todos estos problemas que hemos relatado. Si bien para el marisco y el pescado sólo apuesto por una opción en el maridaje de es el vino blanco y los hay de muchas clases. Tio Willy quiere que elijas siempre el más caro el de mi paisano TORRES. Bueno es y bien elegido está.
Pero opté por investigar en la carta y me decante por un local llamado VENTISQUERO, si bien no era la tuti, es de estos vinos que desde la humildad pueden hablar cara a cara con otros de grandes ligas. Chardonay del 2008, siempre joven para el blanco, tenía unos matices amarillos finos con un deje verde. Aromas frutales a piñas, ananás, y cítricos del mediterráneo. En la fase gustativa suave y con una acidez muy equilibrada, lastima que por la extrema tardanza se nos calentó.
Tio Willy nos echaste a perder el vino, un mal trago
Ramón Freixa Sept 2009
Tío Willy me ha defraudado, venia acompañando a cuatro amigos para mostrarles las virtudes de los restaurantes del mercado central de Santiago, y Tío Willy me has defraudado.
Estos amigos pusieron la responsabilidad en mis manos y yo les conté de ti y de tus virtudes, y tío Willy me has defraudado.
Les conté que comenzó como garzón en Donde Augusto (uno de los mejores restaurantes del mercado central junto al Galeón) hace más de 15 años, puso su local el que funciona hasta hoy.
Les conté a mis amigos Mejicanos, Ecuatorianos y Españoles que usted con mucha humildad y trabajo había empezado este emprendimiento y Tío Willy me ha defraudado. Les conté mientras íbamos al Mercado central que pasábamos del Galeón y de Augusto y apostatamos por usted, Tío Williams Carraha, por su valentía y tesón de sublevarse a la oligarquía de Augusto y me ha defraudado. Iba con ánimos de verle de hacerle una amplia entrevista, de hablar de sus virtudes y sintiéndolo mucho Tío Willy me ha defraudado.
Y como a mí personalmente me gusta hablar desde la realidad hablare sólo desde los hechos.
El local flojo decoración “friki” y estrechez entre mesas. No muy limpio, cantantes desagradables.Atención simpática pero no denota franqueza sino simpatía “pret a porte” hostelera.
Llegamos y había poca gente los dos primeros platos entraron, como dicen ustedes, al tiro el tercero tardo más de 35 minutos y esto que era un simple plato de jardín de mariscos.
¿Por qué?, pues como entro un grupito de diez chicos que sólo pidieron una empanadilla, dieron prioridad a este servicio y a otros más y el nuestro lo relegaron más de 35´, lógicamente el vino se calentó, la conversación se enfrió y el ambiente se tensó. Mal Tío Willy, me defraudó.
Había estado ya en el Mercado Central una vez comí muy rico pero caro en Augusto, y quería apostar por usted. Una vez más se demuestra que lo barato sale caro. Bien es verdad que usted no miente y reconoce a los buenos leo que “Williams no tiene problemas en reconocer la importancia de Donde Augusto. "Nadie puede negar que Donde Augusto le dio un tremendo impulso al mercado cuando esto se iba abajo. De ahí partió todo este boom de turistas y gente que venía a visitar el Mercado Central y que se mantiene hasta hoy", comenta”.
Por esta humildad elegí su local pero Tio Willy, Pero me defraudó. Mi querido tío Willy, no se puede priorizar a clientes que llegan más tarde y tienes al que estas sirviendo mas de 35 minutos en espera, no puedes reírte de tus clientes de esta manera y además que venga tu garzón decano y te venga con excusas baratas. No se puede presentar la factura sin poner a los ítems el producto que corresponde.
En cuanto a lo que es estrictamente la comida, como dicen los franceses, “comsi comsa”. Es decir ni chicha ni limonada. Las machas a la parmesana, no eran para aplaudir con las orejas, el marisco Willy una vulgar cazuelita de mariscos varios sin ninguna gracia especial y el jardín de mariscos que tardó 35 minutos, un plato que se sirve y se hace en cinco pues todo esta en la nevera si es marisco del dia y si es congelado, como parecían los camarones que se arrastra del día siguiente y que más que fresco, parece tener el “rictus mortis” es lo que nos sirvieron. Tío Willy me has defraudado.
Lo de la comida por parte de mis amigos podía haber pasado pues ellos no son gourmets y no distinguen un centollo de un cangrejo, pero los 35 minutos de espera entre plato y plato no te los perdono. Creo que ni mis amigos, ni yo ni los amigos de mis amigos van a recomendar nunca más tu local.
Pedimos, por deferencia y educación y justicia, que no nos cobrarán el plato de los 35´, con tal de ganar 15.000 pesos perdiste un montón de amigos. Tío Willy me has defraudado.
Pedí el libro de reclamaciones nunca me lo dieron. La excusas fueron correctas pero falsas y ineficaces. La verdad si la primera vez que fui al mercado central y estuve en Augusto todo me pareció esquisto pero un poco caro, creo que ahora me equivoque buscando este quijote de la gastronomía que con empeño busco su lugar en el mercado pero que no está a la altura de las circunstancias.
Pero gracias a este error que descubrí Tío Willy, con todo cariño te lo digo, gracia a ti he descubierto ¿cómo comer en el mercado central de Chile? La formula es la siguiente acordar con el propietario del local para que te guise lo que tu compras en los puestos del mercado.
Vaya y haga un acuerdo con el propietario del restaurante más chico que vea en el mercado, aquel donde sólo hay cinco mesas y los clientes tienen apariencia de pobres y comen rápido y agachados. Quede con él que vaya ha comprar lo que vea en los puestos del mercado lo lleva al restaurador y queda con él a la hora pactada para comer, el mesonero pondrá vino, pan y el trajín de la cocina y usted aportará el producto del día que el mercado le ofrezca y prepárese a disfrutar sin elegancias, de un buen banquete, fresco, bueno y barato. Y déjese de Augustos, Galeones y de los cuentos del Tío Willy.
EL VINO
Quería hablar también del vino que tomamos pero no quería inmiscuirlo en todos estos problemas que hemos relatado. Si bien para el marisco y el pescado sólo apuesto por una opción en el maridaje de es el vino blanco y los hay de muchas clases. Tio Willy quiere que elijas siempre el más caro el de mi paisano TORRES. Bueno es y bien elegido está.
Pero opté por investigar en la carta y me decante por un local llamado VENTISQUERO, si bien no era la tuti, es de estos vinos que desde la humildad pueden hablar cara a cara con otros de grandes ligas. Chardonay del 2008, siempre joven para el blanco, tenía unos matices amarillos finos con un deje verde. Aromas frutales a piñas, ananás, y cítricos del mediterráneo. En la fase gustativa suave y con una acidez muy equilibrada, lastima que por la extrema tardanza se nos calentó.
Tio Willy nos echaste a perder el vino, un mal trago
Ramón Freixa Sept 2009